martes, 30 de julio de 2013

Filosofía Moderna

Si la filosofía antigua había tomado la realidad objetiva como punto de partida de su reflexión filosófica, y la medieval había tomado a Dios como referencia, la filosofía moderna se asentará en el terreno de la subjetividad. Las dudas planteadas sobre la posibilidad de un conocimiento objetivo de la realidad, material o divina, harán del problema del conocimiento el punto de partida de la reflexión filosófica. Son muchos los acontecimientos que tienen lugar al final de la Edad Media, tanto de tipo social y político, como culturales y filosóficos, que abrirán las puertas a la modernidad, y que han sido profusamente estudiados. En lo filosófico, el desarrollo del humanismo y de la filosofía renacentista, junto con la revolución copernicana, asociada al desarrollo de la Nueva Ciencia, provocarán el derrumbe de una Escolástica ya en crisis e impondrán nuevos esquemas conceptuales, alejados de las viejas e infructuosas disputas terminológicas que solían dirimirse a la luz de algún argumento de autoridad, fuera platónica o aristotélica. La filosofía Moderna es dentro de la historia del pensamiento una de las partes más apasionantes: racionalismo y empirismo como las corrientes principales que han aportado elementos nuevos ese mundo moderno que también se volvía a construir. Estudiaremos a René Descartes, John Locke,  Hobbes, Kant y veremos cómo han cambiado la filosofía para siempre.

RACIONALISMO

La “razón” es la única facultad que puede conducir al ser humano al conocimiento de la verdad. “Razón” se opone a los sentidos, la imaginación y la pasión, que son considerados como engañosos. El poder de la razón radica en la capacidad de sacar de sí misma las verdades primeras y fundamentales -llamadas ideas innatas—, a partir de las cuales, y por deducción, es posible obtener todas las demás, y construir el sistema del mundo. Si la razón se extravía es porque no sabemos hacer uso de ella. Pero si encontramos un buen método y lo seguimos fielmente, no deberíamos tener temor de equivocarnos. Los racionalistas quieren proceder del mismo modo que los matemáticos, de tal manera que el sistema filosófico posea la misma evidencia y necesidad que un sistema matemático. Durante el siglo XVII, triunfa el subjetivismo: el ser humano conoce las cosas desde su propio pensamiento. Por ello es posible dudar de su existencia. Sin embargo, la confianza en la razón que profesan Descartes y los cartesianos les permite superar los peligro del subjetivismo. Los sentidos no engañan, pero la razón es una facultad objetiva y si nos atenemos exclusivamente a ella, podemos llegar a conocer perfectamente la realidad. De ahí que los racionalistas se dedicaran a construir sistemas metafísicos.

REPRESENTANTES

 Rene Descartes

Nació en la Haye en 1596, oriundo e una familia noble. Estudió en el colegio de los jesuitas de la Flêche; allí cursó la filosofía escolástica, las matemáticas, las lenguas y literatura clásicas, adquiriendo un saber enciclopédico. Mas tarde viaja a París y en medio de la vida de placer, se siente escéptico para toda ciencia que no sea la matemática, la cual, aunque posee evidencia no reporta ningún conocimiento de lo real.
En 1629 se trasladó a Holanda, en donde su pensar fue muy fecundo. En 1649 fue invitado por la reina Cristina de Suecia; murió allí el 11 de febrero de 1650.
Obras: El discurso del método, Meditaciones acerca de la filosofía primera, Los principios de la filosofía, Reglas para la dirección del Espíritu.

 Pensamiento.
 El problema cartesiano. Descartes se encuentra en una profunda inseguridad, para él nada le parece merecer confianza, nace así un "escepticismo" puesto que los sentidos nos engañan, el pensamiento no merece confianza, se cae con frecuencia en el error. Las únicas ciencias que parecen seguras, la matemática y la lógica.
Quiere empezar una filosofía totalmente cierta, de la que no se pueda dudar, y por ello se sumerge en la duda: "Hay que poner en duda todas las cosas, si quiera una vez en la vida. No ha de admitir ni una sola verdad de la que pueda dudar. No basta con que él dude realmente de ella; es menester que la duda no quepa ni aún como posibilidad."
Así pues, Descartes adoptó el método de la duda en su pensamiento para sí construir la certeza ante la duda. Así surgen tres cuestiones de la filosofía: el mundo, el hombre y Dios.
"Descartes no quiere enseñar, sino descubrirse a sí mismo. Su problema surge de la necesidad de orientación que siente cuando se da cuenta de que no posee ningún criterio seguro para distinguir lo falso de lo verdadero. Si ha buscado sólo resolver el problema propio, está cierto de que la solución que ha encontrado, no solamente sirve para él, sino que vale para todos los hombres que poseemos razón."

a) La duda. El punto de partida de Descartes es la duda absoluta que exige suspender el asentimiento a cualquier conocimiento aceptado comúnmente. "Dudar de todo y considerar provisionalmente como falso, todo aquello sobre lo cual es posible la duda. Si, persistiendo en esta postura de crítica radical, se alcanza un principio sobre el cual la duda no es posible."

En Descartes, no es posible el conocimiento sólo por los sentidos, pues ellos nos engañan. El ejercicio de la duda se extiende a todo enunciado teórico.
b) El método cartesiano. Descartes se propone, a partir de su duda, encontrar una verdad segura y descubrir un nuevo método racional en el que no se diese nada por supuesto sino que fuera evidente por sí mismo. Intenta proponer una ciencia que sea de más fácil comprensión a la mente sin llegar a imponerlo.

El método propuesto por Descartes está baso en cuatro reglas:

* Evidencia. Trata de no aceptar por verdadero nada que no se conozca clara y distintamente como tal, evitando cuidadosamente la precipitación y los prejuicios, por tanto, es necesario por el momento, de suspender el juicio.

* Análisis. Consiste en dividir cada una de las dificultades en el mayor número de partes posibles y necesarias para resolverlas mejor, ya que una dificultad es un complejo en que están mezclados lo verdadero con lo falso.

* Síntesis. O sea, comenzar con lo más fácil y simple para salir gradualmente hacia lo más complejo. Es la unificación de las partes integrantes de un todo o del problema que se está considerando, partiendo de lo más fácil a lo complejo.

* Enumeración. O sea, hacer un recuento integral y una revisión tan general que no pueda estar seguro de haber omitido nada.

 El hombre. Para Descartes, podemos dudar de todo, menos de nuestra existencia "pienso, luego éxito". Le interesa además del ser ( sum ) el pensar (cogito) ya que éste evidencia al ser.

"La esencia del alma es el pensamiento. La prueba es la siguiente: todo cuanto puede sustraerse a la idea de una cosa, permaneciendo intacta su esencia, no pertenece a la esencia de la cosa. Puedo concebir la esencia de mi alma prescindiendo de mi cuerpo. Pero no puedo concebirla si prescindo de mi facultad de pensar. Por lo tanto el pensamiento es la esencia de mi alma."

Criterio de verdad. A Descartes le interesa el mundo; le interesan las cosas, pero se encuentra con el subjetivismo y a partir de ello, encuentra que la verdad del cogito consiste en que no puede dudar de él. Por que ve que tiene que ser así, porque es evidente; y esta evidencia en la claridad y distinción que tiene esta idea. Ese es el criterio de verdad: la evidencia.
"Descartes, a pesar de su duda inicial, no sólo está convencido de la realidad del mundo externo, sino que se sitúa plenamente dentro de la presuposición parmenidiana de que el pensar y el ser se corresponden."

Si el cogito se me impone como una certeza indudable, es porque es evidente, o mejor, es la evidencia misma la transparencia absoluta de su existencia.

En este criterio se da prioridad al pensamiento, pues se estatuye como regla, que es verdadero todo aquello que yo percibo de modo claro y distinto. La verdad es asunto de la mente, lo que se piensa clara y distintamente tiene que existir en la realidad.

Las propiedades de esta idea clara son las siguientes:

· Intuición: Acto en que lamente se hace transparente a sí misma.
Indubitabilidad: Pues esa evidencia se impone a la mente, lo cual se halla de modo pasivo.
Infalibilidad: El error consiste en mezclar en el juicio cosas subjetivas, en lo cual interviene la voluntad, el cambio, la intuición es el acto exclusivo del entendimiento.
Innatismo: O sea, que esas ideas nacen con nosotros, Dios las imprime en el alma al crearlas.

Dios. "Bajo el nombre de Dios entiendo - dice Descartes – una sustancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente y omnipotente."
Dios es una cosa que piensa y que tiene en sí la idea de todas las perfecciones. Es la primera idea que no es causada por nadie ni necesita de otra idea para ser explicada. Descartes sabe que existe, y lo sabe, porque penetra, de un modo claro y distinto, su verdad. Es una verdad que se justifica a sí misma.
Para estar seguros de la evidencia, para podernos fiar de la verdad que se muestra como tal con sus pruebas claras y distintas en la mano, tendríamos que demostrar que hay Dios.

 La demostración de Dios. Descartes prueba la existencia de Dios y la demuestra con argumentos de muy distinto alcance. Dice: "Yo encuentro en mi mente la idea de Dios, es decir, de un ente infinito, perfectísimo, omnipotente, que lo sabe todo, etc. Ahora bien, esta idea no puede proceder de la nada, ni tampoco de mí mismo, que soy infinito, imperfecto, débil, lleno de duda e ignorancia."

Descartes propone tres argumentos de la existencia de Dios que componen un punto de partida subjetivo:

Primera prueba: El "cogito" no encierra al hombre en su yo, sino que lo hace salir a una realidad que está más allá. Es la demostración por casualidad, pero que parte, no de cosas sensibles, sino de la idea de Dios, para pasar, de su contenido representativo a su causa.
Segunda prueba (Por mi finitud): Cuando se duda, se es finito; pero no sería posible que mi naturaleza fuese tal cual es, finita y dotada de la idea de lo infinito, si el ser infinito no existiera la idea de Dios es expresión y relación inmediata.
Tercera prueba: ( Argumentación ontológica) No podemos concebir la idea o la naturaleza de la cosa, sin concebir al mismo tiempo sus propiedades esenciales. Cuando se intuye la idea de Dios en la idea de un ser soberanamente perfecto e infinito, en esa idea se intuye necesariamente la existencia, se intuye necesariamente que el existir pertenece a la naturaleza verdadera e inmutable de un ser semejante. Por lo tanto, Dios existe.

La comunicación de las sustancias. A causa de que estamos engañados, y que nuestra mayor evidencia es sólo error, quiere decir que las ideas no tienen verdad, son sólo "ideas". "Conocí de ahí que yo era una sustancia cuya esencia o naturaleza toda no es sino pensar, y que, para ser, no tiene necesidad de ningún lugar, ni depende de ninguna cosa material; de suerte que este yo, es decir, el alma por la cual soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo."

Descartes además define a Dios como la única sustancia, pues es la única no creada, y todo lo demás ha necesitado de ella para existir. La sustancia sería entonces algo que se encuentra en mi, sustancia pensante que no podría alcanzar las otras cosas, concretamente, la sustancia extensa que es el mundo. Este problema de la verdad y del conocimiento, lo que llama Descartes "comunicación de las sustancias", que resulta dificultosa partiendo del yo.

 Res cogitans ( Existencia del alma ). En el orden del ser finito, lo primero dado a nuestro conocimiento es la sustancia del alma. "Sólo pueden dudar de la existencia del alma aquéllos que no levantan su mente de las cosas sensibles y están acostumbrados a no considerar en absoluto nada que no puedan someter a la imaginación."
Cuando el cogito se nos da inmediatamente, la existencia de lo inmaterial, puede ya por esto mismo asentarse la existencia del alma.

 El mundo: La res extensa. El mundo físico está determinado en Descartes por la extensión. El hecho de la existencia del hombre, plantea la pregunta por el mundo, por conocerlo. El mundo es simple extensión; la física cartesiana es geometría, se limita a la realidad física misma, materia y espacio es uno lo mismo, la especialidad sería una cualidad de la materia. El mundo se podría explicar por una serie de movimientos de torbellino, y se desarrollará después de la creación de un mundo puramente mecánico, así, el mundo una vez creado, se basta a sí mismo.


 Blaise Pascal.
 Nació en Clermont en 1623 y murió en 1662. Mostró gran interés por las matemáticas. A los 16 años hizo un ensayo sobre las secciones cónicas; a los 19 bosquejó una "máquina aritmética". Practicó a los 23 años el Jansenismo y posteriormente efectuó una serie de trabajos científicos, especialmente de física.
 Sus principales son: Ensayo sobre las secciones cónicas, Pascal o el drama de la conciencia cristiana, La teoría del conocimiento en Pascal, entre otras.

Pensamiento: En sus pensamientos aparecen los elementos para una crítica del conocimiento y que se pueden agrupar alrededor de dos nociones opuestas: El dogmatismo y el escepticismo, el corazón y la razón.

"Nuestras facultades, debido a sus errores, favorecen el escepticismo y muestran la insuficiencia de la razón para solucionar satisfactoriamente el problema del conocimiento. El corazón tiene sus razones que la razón no conoce."

Metafísica del hombre.
En su teoría sobre el hombre, Pascal se anticipa al existencialismo. El hombre es una realidad finita, perdida en el universo y suspendido entre dos infinitos (lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño), entre el todo y la nada. Su ser es incomprensible por estar compuesto de dos naturalezas opuestas.

"Está encarnado y embarcado en el mundo sin haberlo querido o buscado; es un devenir, un presente insaciable porque vive en el pasado mediante sus recuerdos y en el futuro mediante sus proyectos, hasta que su muerte acabe con su vida que es comedia."

 Metafísica del ser. En el plano del ser nos encontramos con tres órdenes: el material, el espiritual y el sobrenatural.


John Locke 
Nació en Wrington, cerca de Bristol, el 29 de agosto de 1632. Hijo de un funcionario de justicia, recibió sus primeras enseñanzas en su domicilio hasta 1646 en que, a la edad de 14 años, ingresará en la escuela de  estminster, (que ejerció una gran influencia en la vida intelectual del siglo XVII), en la que permanecerá 6 años. Finalizados sus estudios en dicha escuela, ingresará en el Christ Church, por entonces el más importante "college" de la Universidad de Oxford, en el otoño de 1652. La educación en Oxford estaba entonces bajo el predominio de la escolástica aristotelizante, lo que no resultaba del agrado de Locke, (lo que tampoco había resultado del agrado, anteriormente, de Hobbes). Allí, además de estudiar filosofía, (fundamentalmente lógica y metafísica), profundizará sus estudios de las lenguas clásicas, pero también se interesará por la física y la química, (entrando en contacto con R. Boyle y su círculo), así como por la medicina, en la que se iniciará con T. Sydenham, aunque no obtendrá la titulación hasta 1674.


La filosofía de Locke se expone en un lenguaje sencillo, alejado de los tecnicismos de la escolástica, aunque no exento de dificultades, dado el distinto significado que atribuye, en distintos pasajes, a términos y expresiones fundamentales en su pensamiento. La filosofía de Locke es considerada "empirista" en el sentido en que Locke afirma que la experiencia es la fuente y el límite de nuestros conocimientos. No se trata sólo de reconocer el valor de la experiencia en el conocimiento, cosa que ya habían tenido en cuenta otros filósofos, sino de considerar la experiencia como legitimadora y limitadora del mismo, afirmación que sólo podrá surgir del análisis detallado del conocimiento humano. En este sentido, es el primer filósofo que considera que el análisis del conocimiento es la primera actividad necesaria del filósofo, a fin de determinar bajo qué condiciones es posible decir algo verdadero, superando así los discursos "dialécticos" de los escolásticos, que podrían reducirse a un mero juego de palabras sin sentido alguno. Esta tarea la emprenderá en su obra "Ensayo sobre el entendimiento humano" donde quedarán fijadas las posiciones fundamentales de su filosofía empirista.


Thomas Hobbes
Nació el 5 de abril de 1588 en Malmesbury, en Wiltshire, en Inglaterra. Su padre era vicario de Charlton y Westport, localidades cercanas a Malmesbury, pero una disputa mantenida a la puerta de la iglesia con otro vicario, provocó su traslado a Londres. Como consecuencia de ello, a los siete años de edad, Thomas Hobbes, quedó bajo la tutela de su tío Francis, hermano mayor de su padre, que se dedicaba al comercio y no tenía más familia.Pese al hecho de que Hobbes fue uno de los filósofos relevantes del siglo XVII, habiéndose relacionado con Bacon, Gassendi, Descartes (a quien realiza serias objecciones a sus Meditaciones) y habiendo conocido personalmente a Galileo, es decir, a los más significativos filósofos que procuran el paso del pensamiento a la modernidad, no goza entre nosotros de gran consideración su filosofía, lo que no es de extrañar, si tenemos en cuenta que nos hallamos ante un pensador materialista hasta la médula, muy lejos de las concesiones metafísicas de Descartes, y resuelto a aplicar al análisis del ser humano y de la sociedad los mismos presupuestos que al estudio de la Naturaleza

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